Por Horacio Torres
Vemos
aparecer con frecuencia en las redes sociales la foto en blanco y negro de un
joven Néstor Kirchner con un grupo de personas. Una de ellas luce uniforme
militar de combate. Se trata de Oscar Guerrero, en ese entonces comandante de
la Brigada Mecanizada XI Brigadier General Juan Manuel de Rosas, con base en
Río Gallegos, provincia de Santa Cruz. Junto con la foto, la consabida frase: "Años antes de
vendernos el relato de los Derechos Humanos, Kirchner fue cómplice de la
dictadura".
Lo que
no dicen -porque no lo saben o porque no quieren- es cuándo fue tomada esa foto. La
foto es del 6 de abril de 1982. Ese día, representantes de las fuerzas políticas y sociales de la
capital provincial se reunieron para manifestar su apoyo a la recuperación
de las islas Malvinas, que se había producido cuatro días antes. La imagen
corresponde a ese encuentro.
Un día
después, el 7 de abril, Mario Benjamín Menéndez juraba como gobernador de las
islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. Al acto en Puerto Argentino
asistieron figuras políticas de todos los partidos. Entre ellos podemos
mencionar a los radicales Carlos Contín, Miguel Ángel Zavala Ortíz y Luis León,
los peronistas Deolindo Felipe Bittel, Ángel Federico Robledo y Carlos Saúl Menem,
el socialista Guillermo Estévez Boero, el democristiano Carlos Auyero y el intransigente
Oscar Alende.
¿La
presencia de todos ellos en esa ceremonia los califica también de cómplices de la dictadura?
Podemos decir, en todo caso, que se equivocaron. Si creemos que no debieron haber
estado allí -tema controvertido si los hay- llegaremos a la conclusión de que todos
estos experimentados dirigentes cometieron un error. ¿Con qué argumento
entonces podemos juzgar a un novato como Néstor Kirchner, que jamás había
ocupado un cargo político ni partidario, por haber hecho exactamente lo mismo?
El que no fue a la jura de Menéndez ni expresó
ninguna opinión de apoyo a la recuperación de las islas fue Raúl Alfonsín. Más
allá de la indudable vocación democrática de don Raúl, que compartía con los
dirigentes mencionados en párrafos anteriores, lo cierto es que Dante Caputo
había convencido al futuro presidente de que la guerra la íbamos a perder
irremediablemente, y que no era conveniente quedar pegado a una derrota segura. De esta manera, Alfonsín fue, junto con Álvaro Alsogaray, uno de los pocos dirigentes de primera línea que tuvieron una posición diferente a la mayoría sobre el tema.
Pero el líder radical ya había tenido su foto maldita cinco años antes. En medio de la
represión más feroz de la que tenga memoria nuestro país, apareció retratado en
una cena nada menos que junto al ministro del Interior de la
dictadura, el entonces general Albano Harguindeguy, ambos muy sonrientes. Como
suerte de atenuante, debemos recordar que Alfonsín y Harguindeguy mantenían una
relación por haber sido compañeros de promoción del Liceo Militar General San
Martín. También pertenecía a la misma promoción Leopoldo Fortunato Galtieri,
porque todo tiene que ver con todo.
Lo
cierto es que Alfonsín sí era ya un dirigente importante y experimentado cuando
cometió el ¿error? de exhibirse con Harguindeguy. Alfonsín ya había sido
concejal, diputado provincial, diputado nacional, presidente del comité
provincial de la UCR bonaerense, precandidato a Presidente de la Nación y
nuevamente diputado nacional.
Suele decirse por ahí que "nadie resiste un archivo". Puede que sea cierto. Pero, en todo caso, revolear una foto ocultando el contexto, sin explicar dónde fue tomada, en qué fecha y por qué razón, no contribuye a esclarecer los hechos del pasado, sino a exacerbar la ignorancia y los prejuicios.
Conocía la historia de ambas fotografías,seguramente la "gilada repetidora" no! Muchas gracias x este TW Horacio.
ResponderEliminarJusto así actúa la derecha en todo el continente: produciéndo factoides y mentiras.
ResponderEliminarMientras Alfonsin recorria lugares de detencion y presentaba habeas corpus. Nestor "recaudaba":
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